Antiguamente, en aquella época en que los televisores blanco y negro eran patrimonio de muy pocas personas y más aún, si alguien tenía uno debía contentarse con ver los dos únicos canales que transmitían sus programas en vivo. En aquella época leer cuentos, novelas, revistas, comics, se constituía en una de las mejores opciones para pasar momentos de solaz. En ese entonces la radio se encontraba en su edad de oro y casi todas las actividades comerciales anunciaban en estos medios y de allí su enorme repercusión social. Recuerdo que existía Radio La Crónica, en donde se transmitían radionovelas y que no se piense que estamos hablando únicamente de las "novelas rosas" que eran las que más se transmitían, sino de aquellas basadas en obras clásicas como El Hombre de la máscara de hierro, El Conde de Montecristo, El fantasma de la ópera, etc. Escuchábamos atentamente cada una de las palabras al mismo tiempo que íbamos construyendo mentalmente cada parte de la narración y de una manera mágica viajábamos a un mundo maravilloso que nos atrapaba y nos dejaba con la angustia de seguir escuchándo las historias. Esas formas de divertirse casi han desaparecido, digo casi porque actualmente hay un programa semanal llamado MI NOVELA FAVORITA transmitido por RPP en donde se teatralizan una serie de obras clásicas que bien valen la pena adquirirlas y escucharlas.
Manuel Urbina
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